jueves, diciembre 25, 2008

"tristemente perfecta"


Karina dice:
sientes q traiciono tu recuerdo de ella tan libre, tan desolada, tan tristemente perfecta, o como tu le decías tan perfectamente antiperfecta
Karina dice:
y cual crees q sea la Ayesha real?
Karina dice:
estuviste mucho tiempo creyendo q ella valía mucho no solo para ti, sino por ella misma
Karina dice:
y no digo q no sea valiosa, solo ya no es lo mismo….


Nunca antes me sucedió tener una idea preconcebida sobre una mujer, por lo regular eran muy diferentes las mujeres que pasaban días conmigo. El Zen de Grissel no tenía nada que ver con la sofisticación de La Courtney, y mucho menos con lo que percibí “anti-perfecta” de Ayesha. Después de este “encuentro-wifi” no se cuál Aye es la “real”; la amorosa y tan “común” o la dura y enloquecida capaz de permitirse un error con un tipo como yo. No lo entiendo, tanto tiempo mantuve mi fiel imagen y recuerdo; y no es que no sepa que las personas nos adaptamos a diferentes ambientes, sin embargo, lo “roto” se transforma poco, y mucho menos se cura con un tipo totalmente diferente a mi. Eso lo se… conozco a mujeres “rotas” que si bien intentan manejar su decadencia, se les nota… siempre terminan quebradas y apartándose de “lo que les puede salvar”. Se que de nuevo soy un egoísta, hasta hoy he querido mantener a una inexistente persona, que solo en ciertas circunstancias resultaban en mi “idea romántica” de mujer. Incluso hoy me arrepiento de mi las 15 placas de titanio, más allá de que yo tuve la culpa, aún entre tanta borrachera recuerdo que me dijo ---- me haces sentir como una puta----, y después se desencadenó la “tragedia”. Ja… tengo que acabar con mitos, Ayesha no tuvo nada que ver con mis 15 fracturas, fue simplemente un acto impulsivo de mi parte y terminé en el hospital pidiendo clemencia ante el dolor y esperando erróneamente una muestra “amorosa” de su parte. Ayesha no me quería, aún el hombre de su vida era aquel tipo que quiso sacarme un día que me encontró en casa de ella. Yo la quería, se convirtió en mi mujer anti-perfecta y heroica, hoy, no se hasta que punto fue solo mi apego el que a mi criterio “formó a la mujer de mi vida”. En este punto entiendo que no hay “una mujer”, simplemente hay muchos momentos y personas que acaban durmiendo a tu lado. Ya no hay mujer anti perfecta, menos heroica, solo quedan litros y litros de cerveza, que es lo único que realmente permanecerá después de que una mujer.. otra y otra desaparezcan de mis bytes, e incluso, hasta de la peor de mis realidades.

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martes, diciembre 16, 2008

SIN RETORNO A 1000 KB

Por qué las chicas mienten,
por qué me espían desde su Internet Explorer
con su lenta navegación dial up de Avantel;
me dicen que no están,
que a más de cinco o una hora trabajan,
sudan,
sus vidas son trascendentes,
llevan una agenda,
sacan citas
y mientras teclean mi nick
se burlan de mi,
leen con desgana,
manotean
y saben que yo seguiré tras la misma vieja eMac,
con heineken junto al mouse,
con omeprazol junto a la cerveza.
Puede ser que no quiera esperar más,
no semanas,
no horas,
no a 56 kb
no un sms;
no me gusta la espera,
ni mi in box con sus mails,
no me gustan sus mensajes,
ni sus llamadas,
y no esperaré más,
“tomaré un viaje”,
uno sin retorno a 1000 kb,
a 750 ml de heineken
a km de su burlona sonrisa,
a cientos de ondas cerebrales beta,
muy cerca…
muy cerca de mi heroica mujer.

lunes, diciembre 08, 2008

TRISTES BATALLAS

Encontré una cerveza fría más; ya no pierdo el tiempo con buscarme amoríos, bastante tengo con “cargar” la historia de Ayesha que no me deja… que me acapara aunque ella esté tirándose a algún ingeniero o contador que siempre lo primero que miraron fueron sus senos. Prefiero perderme entre cerveza y cerveza, no me molesta cada vez estar más gordo y acumular tejido adiposo; eso le importa a las mujeres, ¿no? Un tipo que prefiere una birra fría antes que todo ese falso ritual de conquista nunca es una buena elección, al menos con las mujeres racionales y añoñadas. Las totalmente enfermas y enloquecidas puede ser que me den una oportunidad, pero de qué sirve, si todo termina en madrugadas bajo el resguardo del alcohol. Para mi Ayesha era la mujer más hermosa que había conocido, quizá no era así, pero a mi me deslumbró al menos desde sus líneas por mail. Una mujer desesperada y totalmente anárquica cómo no me iba a enganchar, además su forma de beber… de preguntarme si nos bebíamos una más. Nunca tuvo miedo a los excesos, desde aquella primera vez que nos vimos, nos emborrachamos, caímos en casa y de verdad, cuándo se subió al taxi por la mañana, después de terminarnos la reserva de tinto y cerveza, fue el primer dolor y una de las peores angustias al alejarme de alguien. Tuve “suerte”, no solo duró una noche, aunque ella estaba segura de que no la buscaría, yo hice todo lo que puede, le llamé a su casa, al móvil, la busqué en su trabajo y de alguna forma resultó. Después de eso, aprendí que solo estoy hecho para breves momentos, para tristes batallas que nunca ganaré; no la gané con Ayesha, tampoco con Jade, y recientemente con Nadia, ese tipo de batallas son muy predecibles… las perderé.

Por eso, encontrar una cerveza fría es más un alivio; que me importa cuidar mi apariencia, mi maltratada salud… que putas importa manejar mis sentimientos, de todos modos es una batalla perdida. Ellas me dicen que les intereso, ja… aunque sean “lindas mujeres” lo dicen, y hasta parece que si, sus llamadas, su aparente preocupación, sin embargo, cuando hay que recostarse a mi lado bajo los efectos de varias cervezas, no hay esa paz que Ayesha, la mujer de mi vida, me dio cada madrugada en su pequeño cuarto, en mi sucia colchoneta o en cualquier lugar en el que termináramos. Todo, sin importarle a ella, que a la mañana siguiente la resaca o los efectos de las bezodiacepinas le harían sentir aletargada, soñolienta, y muchas veces, ajena a mi, el que no era, "el hombre de su vida”.

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